Se bendice la primera escultura de Nuestra Señora de Copacabana

Muchos años antes de 1702 Nuestra Señora de Copacabana ya era la patrona de sus habitantes. Sin embargo en ese año oficialmente se decretó que nuestro municipio se llamaría así porque la madre del cielo vino a conquistar los corazones de sus hijos que en ese entonces vivían en estas tierras.

Un retablo pintado por el ahora Siervo de Dios, Francisco Tito Yupanqui en Copacabana – Bolivia, era venerado ahora en Colombia, y ya la Virgen había conquistado a dos países.

Solo 78 años pasaron para que la advocación de Nuestra Señora de Copacabana fuera la patrona del Municipio pues en 1780 y luego de ser construido un nuevo templo llega la virgen de la Asunción y desde entonces es la actual patrona.

La Virgen de Copacabana, la fundadora de pueblos, pasó a ocupar un pequeño espacio a mano izquierda del templo principal donde ha estado allí por cerca de 80 años.

Después de 312 años de tener el retablo, esta histórica pintura de la advocación más antigua de América y a quien se le atribuye la fundación de nuestro municipio, nos hace un llamado para que a través de su olvidado retablo, lleno de humildad, misericordia y amor retornemos a sus brazos maternales para que la amemos y la honremos.

Es por esto que por primera vez en el Municipio, se bendice una réplica en escultura de este retablo, pues la comunidad Misioneros de Nuestra Señora de Copacabana, tiene la misión de establecer la devoción a esta advocación mariana, llevando esta imagen que se bendice a los barrios, veredas, urbanizaciones, parajes y parcelaciones del municipio.

La Virgen desea conquistar nuevamente los corazones de los copacabenenses, esos que un día dejaron de observar su retablo, de buscarla, contemplarla y pedirle favores. Hoy nos llama nuevamente a retornar a nuestra historia, retornar a ella, a esa que nos da la gracia de llevarnos a Jesús y a quién con un Sí dio la salvación al mundo.

Hoy nosotros también decimos Sí a llevarla a los rincones del municipio, a seguir una vida a ejemplo suyo y a entregarle a ella los cuidados de los 70 mil hijos que viven en Copacabana.